La primavera.

Como París en primavera. La poesía perfecta. La luz en los ojos del amor. Hay cosas que enamoran. El rayo de Sol que ilumina una habitación oscura. La primavera en pleno febrero cuando fuera sigue haciendo frío. Y es que los inviernos deberían ser más cortos. Y los veranos nunca serán lo suficientemente largos. 
Descubrir la imposibilidad de elegir una canción favorita para todas las estaciones. Y la necesidad de volar y dar un portazo de vez en cuando. Las carcajadas que acaban en lágrimas y las lágrimas que terminan en carcajadas. La sonrisa de entretiempo. El paso de los años, y de los sueños (cumplidos).
Vivir en una eterna Navidad que convierta los días más fríos del verano en la magia de un nuevo atardecer. Vivir con las ganas de no dejar que el tiempo te robe los sueños y reciclarlos cada vez por otros nuevos.
Ojear el pasado para no olvidar lo que un día fuimos y lo que queríamos ser. Recordar a los que perdimos por el camino y honrarlos a cada paso.
Descubrir que tenemos la llave de cada puerta de nuestro futuro. Que sabemos quiénes somos, quiénes queremos ser y el camino que hay que recorrer para alcanzarnos a nosotros mismos.


"No importa cuánto dure el invierno, la primavera siempre llega."

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